lunes, 23 de noviembre de 2009

A la p*** cinta

Llega el frío, la oscuridad a las 5 de la tarde, el viento, la lluvia... llegan los kilómetros corriendo en cinta. Es un coñazo, sí, pero por lo menos seguimos corriendo. Al final no sabes qué hacer: series cortas, series largas, progresiones... No hay manera de correr un día tranquilo y acabar a gusto. Te aburres tanto, que acabas metiéndote caña y (por lo menos yo) bajando de la cinta con una sudada como para darle un abrazo a alguien.

Aunque ojo, que también puede ser aparatos de riesgo. Las cintas de correr las carga el diablo...

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