
Así es de repente. Me llamó mi cuñado y me dijo que
el domingo era la Media Maratón de Bilbao, coincidiendo con que íbamos a estar por allí. Lo vi claro. La oportunidad perfecta para que
Leire se estrenara
en una media sin presión. El domingo nos tocaba una salida larga preparando la media de San
Sebastián y, ¿que mejor manera que hacerlo en una carrera organizada? Además, como es un entrenamiento, si en el km 15 te quieres bajar del carro, pues te bajas sin ninguna sensación de fracaso, estás entrenando. Tanto anunciar a diestro y siniestro que
Leire se iba a estrenar en San
Sebastian, la pobre estaba con una
presión enorme y muy poca seguridad en si misma. Yo tenía totalmente
claro que acababa la media con solvencia, y así ha sido.
Teníamos el objetivo de 2 horas e hicimos
1h59m37s, cumpliendo y dejándose
Leire mucho en la recámara. De hecho, el último km lo hicimos a
4m50s, ¡casi nada!
Y eso que la
gestión de la carrera fue un poco desastre. Puse mi
Garmin405 a funcionar unos minutos antes de empezar y, como estábamos en zona arbolada,
no pilló los satélites hasta el km 4. Conclusión: fuimos ciegos sobre el ritmo. Pero nos fue bien, porque
Leire pilló
ritmo por sensaciones y, obviamente, fue un buen ritmo. Luego, los km iban cayendo a un ritmo bueno sin que ella se agobiara ni se sintiera forzada.
Eso sí, ahora no hay excusa para San
Sebastián. Hay que
bajar de las dos horas con claridad.
La carreraEs una pena que una ciudad como Bilbao tenga una media
maratón así.
No llegamos a 1.000 los corredores y, si bien el recorrido no está mal, es muy mejorable. Lo de
mezclar corredores de segunda y primera vuelta es una chapuza, y lo de
cruzarse unos con otros también. Está claro que cortar el tráfico es muy incómodo, pero
correr todo el rato con coches al lado le quita mucha categoría a una carrera. Esa carrera necesita un
replanteamiento y un empujón, porque si no se va a quedar así, en
segunda división, toda la vida. Un detalle. La carrera fue ayer y los
tiempos oficiales no se publican hasta... ¡el jueves! Eso sí, en su descargo tengo que decir que se los he pedido por teléfono y
me han mandado el Excel.
Por cierto, un detalle que no puedo evitar. No he quitado el
chip de Nueva York de las zapatillas y, como todavía no están muy machacadas, voy luciendo cinta roja por ahí.
No lo puedo evitar...