Se acabó el verano... y empieza lo gordo

Ya estamos llegando al final de septiembre. El verano se acaba, corremos con menos calor... y empieza lo gordo.

El domingo pasado hicimos Leire, Javier y yo 29 km. Nos mete una pequeña inyección de moral, porque era un recorrido muy sube-y-baja y lo acabamos (decentemente). También nos sirvió para confirmar que Leire nos va a dejar tirados como colillas el día de la carrera, porque conforme alargamos las distancias, aumenta la diferencia de facilidad con la que llega a las metas.

Estamos ya en semanas por encima de 60 km que es un volumen más que respetable. Según nuestro plan, tenemos tres semanas por delante de máximos en kilometraje (las más gordas entre 70 y 80) y, a partir de ahí, iremos bajando.

A mi, poco a poco, se me va subiendo la moral. Reconozco que he estado bastante negativo en general, porque el entrenamiento de Maratón es exigente, demasiado para mi. El hecho de que no sea la primera vez que vamos a Nueva York le quita un punto de emoción y eso también pesa. Lo que pasa es que, llegados a este punto, ya casi ha pasado lo peor. También se va notando el entrenamiento y que cada vez te ves un poco más fuerte y eso da mucho ánimo.

Me apetece que lleguen las dos medias que tenemos antes del maratón. Tengo ganas de volver a tener esa sensación de correr una media yendo sobrado (para lo que yo estoy acostumbrado, claro).

Es muy importante no fallar estas próximas tres semanas, donde nos jugamos buena parte del éxito en Nueva York.