(Foto previa a la salida. ¡Ojo!, lo de botas amarillas es de buenos...)El domingo tuvimos la primera de esquí de travesía. Una cronoescalada entre Candanchú y Astún. 800 metros de desnivel por delante para subir todo lo rápido que puedas con tus casi 15 kilos de peso de equipo (esquís, botas, mochila...), y sin contar los que pillas en Navidad.
El caso es que cuando dieron la salida fue como en una media. Los buenos delante y salen ¡corriendo!... pero con los esquís puestos. Impactante.
Por detrás fuimos los 'turistas'. Eso sí, dándolo todo... o por lo menos todo lo que teníamos nosotros dentro, claro. Resultado: ganaron con un tiempo de 40 minutos y nosotros hicimos 1h20m aproximadamente. Eh, y no quedamos últimos. Creo que participamos unos 50 y quedamos 7 y8 por la cola.
La experiencia fue buena. De hecho, Javier ya está metiendo el veneno de otra carrera de estas en el Valle de Tena. A esta igual me apunto, ya que a Berlín no voy ni por el forro.
Supongo que como entrenamiento aeróbico también vale. La paliza es de órdago... Eso sí, hoy voy a correr, para no perder las buenas costumbres.
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