lunes, 14 de noviembre de 2011

Errebentatu



Aquí estoy, 20 km después, con un dedo negro, una ampolla muy fea en el dedo, dolorido y un poco desmoralizado. Lo de ayer en la Behobia, al menos para mí, fue terrible. Corrimos a más de veinte grados desde el inicio. En los dos primeros kiometros ya me di cuenta de que el día iba a ser muy duro. No bajaba de 5m/km y ya iba sudando como un pollo. Cuando afrontamos el primer puerto me propuse subir muy lento para no quemarme, y al llegar arriba creía que lo había conseguido. Me notaba bastante entero. Sin embargo fue un espejismo. Nada más empezar los toboganes noté que me iba vaciando y para cuando llegamos a Pasajes mi ritmo ya había bajado a más de 5,30 m/km y la carrera se me hacía eterna. La cabeza me reventaba de calor, y eso que que en cada ocasión que podía bebía y me echaba agua por encima. Durante todo el puerto no pensaba más que en no pararme, en seguir al menos hasta Miracruz y allí, si seguía tan horriblemente mal, caminar un rato. Una vez allí, con tantísima gente animando, al final subí corriendo -es un decir, iba con trote lamentable-, probablemente porque me daba vergüenza parar con tanta gente animando. Desde ahí la bajada a San Sebastián, que otras veces es la ocasión de recortar tiempo, fue esta vez una tortura. Los dos últimos kilómetros, con la meta ya a la vista, fueron algo más llevaderos, pero yendo en todo momento al trantrán, sin poder forzar lo más mínimo.
En resumen: cogí una pájara de muerte en el kilómetro 10 y la llevé conmigo hasta el final. Muy duro. Sensación de maratón. Y encima todo el rato oyendo ambulancias, viendo gente tirada en las cunetas. Por primera vez en una carrera uno de mis pensamientos era "que a mi no me pase nada".
El ejercicio de supervivencia al final se quedó en un tiempo lamentable de 1:49:10. La peor marca de mis siete behobias (sin contar la que hicimos acompañando a Jaime). Pero en el fondo da igual, lo importante esta vez es que aguanté hasta el final y acabé ileso. Ya habrá mejores ocasiones.
Ahora a descansar y recuperar. Me voy a dar una semana para decidir si sigo entrenando con algún objetivo o si cambio el chip a "mantenimiento" y empiezo a pensar en la temporada de esquí...

2 comentarios:

  1. Javier:

    Has descrito exactamente mi BSS, con la diferencia de que fui "crecidito" hasta el 10, y ahí peté. Recuerdo el puerto de Pasajes (donde el año pasado recorté tiempo) entre mareos, gente tirada, y ambulancias. Un infierno. Y la bajada de Miracruz, que el año pasado fue una gozada y la disfruté, como un sufrimiento. No paré por vergüenza torera.
    Moraleja: Hay que adaptarse a las circunstacias (calor, viento, sol), cosa que no supe hacer.
    Bien está lo que bien acaba, y por lo menos, acabamos sanos.
    Lo mejor, el baño en La Concha y la comida. Yo también estoy en modo "reflexión" aunque me temo que haré la de Vitoria (sin tiempo en la cabeza).

    Un abrazo

    Alvaro Bañón

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  2. Bueno Javier, conseguiste llegar aun con malas condiciones. Ahora hay que recuperar y afrontar nuevos retos y tu puedes

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